--Nunca es el momento--responde a mi pregunta don Baruj. --Está por darse--me dice--cuando uno menos lo espera: el momento en que todo alrededor cobra sentido y la acción es fluida, impecable, perfecta.
Me mira mirarlo asombrado.
--Pero nunca llega, ya se sabe. El instante que se aguarda desde siempre, nunca llega. El que justifica la impaciencia, el que define al día como espera y a la noche como el ensoñar de lo que viene--de lo que venga.
Se diría que por un momento vaciladel.
El momento postergado: amplio vacío al frente--el horizonte siempre el mismo a la distancia--, del mañana.
Y bebe de su taza de té, lentamente, los ojos clavados en mi estupor.
1 comentario:
En este momento, estoy bebiendo té con don Baruj: ¡mañana te constesto!
André
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