Andaba don Baruj de viaje, “por cambiar
de aire”, nos dijo, pero yo creo que estaba buscando algo que no encontró. Se
lo ve un poco desganado y no ha querido platicar.
--Viajar—admitió
finalmente—no es cosa fácil.
Y
no estaba hablando de las incomodidades del transporte de un lugar a otro.
--Viajar
es un esfuerzo del espíritu, una verdadera aventura en territorios
desconocidos. Mucho se arriesga en el viaje,
2 comentarios:
Mi recordado don Baruj:
El viajar hoy no es como se viajaba ayer. La desconfianza general infundida por eventos ajenos a nuestra voluntad, es suficiente para mermar cualquier emoción referente a la propuesta andanza.
Con claridad recuerdo la libertad producida por aquella inocencia que no ha mucho dominaba nuestro entorno aventurero, suscitando emocionantes pensamientos de diversas clases y anhelando el mismísimo viaje que en sí era parte del evento.
Infortunadamente, hoy estamos bajo la obligación continua de estar atentos a nuestro entorno, porque en ciertos lugares y bajo ciertas circunstancias, todos somos culpables o sospechosos de algo, a menos que se compruebe lo contrario mediante equipo electrónico capaz de revisar hasta la última puntada de nuestra ropa interior en pos de “material peligroso”.
En mi opinión, creo que dichos aparatos deberían de comenzar primero con el exámen de la cabeza del viajero para encontrar dicho “material peligroso”.
Tiene usted toda la razón: mucho se arriesga en el viaje.
Lo invito a tomarnos una copita de algo que nos cambie la perspectiva aunque sea por unas horas.
André
Me gusta mucho el nombre de don Baruj (y ni estoy pensando en Spinoza). Algún día me autonombraré doña Maruja para poder decir grandes verdades...
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