La ubicua estrella tejana en espera de un lugar más destacado que la tienda y taller
donde se la forjó hermosamente en digno metal, enemigo de oropeles.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Bien has dicho, amigo. La ubicuidad de las estrellas —aparte de aquellas incontables en el firmamento— se rivaliza con aquellas que tenemos por doquier en nuestro planeta Tierra.
Algunas ondean orgullosamente en banderas sopladas por brisas agradables mientras que otras son sacudidas fuertemente por vientos huracanados provenientes de pechos militares empedernidos.
Yo personalmente, me quedo feliz en el Estado de La Estrella Solitaria.
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Bien has dicho, amigo. La ubicuidad de las estrellas —aparte de aquellas incontables en el firmamento— se rivaliza con aquellas que tenemos por doquier en nuestro planeta Tierra.
Algunas ondean orgullosamente en banderas sopladas por brisas agradables mientras que otras son sacudidas fuertemente por vientos huracanados provenientes de pechos militares empedernidos.
Yo personalmente, me quedo feliz en el Estado de La Estrella Solitaria.
El barón
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