12/12/16

Ni un día sin una línea


  "Nulla dies sine linea" dice Plinio el Viejo que lo dijo Apeles, el pintor.


 Si bien el pintor se refería a la línea como elemento del diseño, puede el escritor referirse a la línea como a la del verso medido de un poema o a la de un texto en prosa que va de margen a margen del papel o la pantalla.

Ni un solo día ha de estar inactivo el artista que espera dar con la imagen perfecta, ni el escritor que se afana por el texto que lo dice todo.

Como el atleta o el mago el artista practica a diario, a diario vuelve sobre lo mismo, el mismo movimiento, el mismo gesto, el mismo esfuerzo que tarde o temprano--o tal vez nunca--lo lleve a romper las barreras de lo limitado, lo lance al fin al orbe de lo irreplicable.

Ni un solo día sin manchar la tela, sin emborronar la página en blanco.
 

No hay tal cosa como el dar de pronto, sin darse cuenta--tocado en la frente por el demiurgo--con la obra imperfectible, la irremplazable obra maestra. Sólo parece nacer así lo que de veras es una chispa del martillo que no deja de dar contra el yunque, la lumbre de lo largamente convocado.



No hay comentarios: