19/3/17

Don Baruj habla de El Que no se Nombra

--Me han dicho, don Baruj, que usted no cree en Dios--lo interpeló hace unos días una de las que le tienen ojeriza y antipatía. Se lo dijo como si lo amenazara,--que usted es un ateo, dicen.

--Y han dicho bien-- le respondió don Baruj con un dejo de ironía, tan suyo, en la sonrisa.

Don Baruj, bien lo sabemos, no se inmuta ante quienes quieren discutir, enrabiados, asuntos indiscutibles.

--La existencia de dios no está en duda--agregó don Baruj, para sorpresa de los que creemos conocerlo y pensamos que jamás va a ir contra sus principios y convicciones.

--Claro que no--lo confirmó con brío de triunfadora quien acababa de acusarlo del pecado imperdonable de negar al Atísimo--. Dios existe y eso nadie puede dudarlo.

--Para el que cree en dios--continuó explicando don Baruj--, dios existe: no le cabe duda. Su fe se lo asegura.

No podía contener su triunfal dicha la creyente defensora del buen nombre de El Que no se Nombra.

--De la misma manera--siguió hablando don Baruj--para los que verdaderamente no creen en dios, dios no existe: tampoco les cabe duda alguna.

Tomó un sorbo del té que yo acababa de servirle cuando le espetó su bien fundada pero irrelevante acusación la fervorosa, puso la taza en el platillo casi sin que hiciera ruido y dijo, mirándola a los ojos:

--Dios existe y a la vez no existe. Todo depende.

Mandorla



1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese manido tema de “creer en Dios”, es una espada de doble filo que ha sido blandida incontables veces.

La “entidad en Roma que no se nombra”, nos ha embutido cuentos de toda especie a través de nuestra niñez, con amenazas constantes, ritos interminables de creencias arcaicas y todo rematado con estatuas de caras tristes, pálidas y con gravísimas señales de tortura inhumana: ¡he aquí la gran imagen del susodicho “ejemplo”! Adicionalmente, quiere que sigamos creyendo las mismas fábulas ya de adultos.

La religión es para aquellos que la necesitan, a manera de muleta.

Yo reservo comentario adicional sobre el tema, ya que es hora de mis rondas en el castillo.

El barón