10/3/19

Don Baruj se lee a sí mismo

Como don Quijote, don Baruj se ha topado con un libro que habla de él, que cita sus palabras.

Lo ha sorprendido tal inesperado hallazgo.

No le parece mal que alguien lo haya compuesto, pero no así el que no se le haya pedido permiso para publicarlo; y más aún que nadie le haya dicho de su publicación.

Lo encontró por casualidad en la tienda de libros viejos —la única que va quedando— del barrio del puerto. Un ejemplar intacto, como nuevo, firmado por el autor —anónimo— y dedicado a alguien —cuyo nombre no debiera darse, por obvias razones— quien debió deshacerse de él sin ni siquiera haberlo leído.

"Suerte impredecible la de todo libro", piensa don Baruj, buen conocedor de las vanidades libreras, y lo anota en su libreta de bolsillo.

No pudo no sonreír ante la ironía de tener en sus manos, abandonado entre tanto libro sin dueño, un libro que habla de él. "Como la impredecible suerte —tuvo que añadir a su apunte— de todo ser, inanimado o vivo".

Lo compró para su biblioteca de libros raros y curiosos, pensando que algún día le podría echar un vistazo.

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