17/8/08

El arte del engaño

A principios de julio se publica en La Nación un artículo de Vargas Llosa sobre el arte de contar. Habla en él de cómo “Gracias a su inventiva prodigiosa y a sus sutiles artes de contadora de cuentos, Sherezada salva su cabeza de la cimitarra del verdugo. Arreglándoselas cada noche para tener a su esposo y señor, el rey Sahrigar, fascinado por sus historias, e interrumpiendo su relato cada amanecer en un momento particularmente hechicero de la intriga, durante mil noches y una noche consigue aplazar su ejecución.”

Esta maniobra de la cuenta cuentos es una “una verdadera proeza”, según el novelista, porque “con sus astucias de gran narradora, desanimaliza al bárbaro.” “Haciéndolo vivir y soñar vidas imaginarias, lo ‘enrumba’ --dice Vargas Llosa-- por el camino de la civilización”. No es una mala interpretación de las capacidades del narrar para quien ha dedicado su vida a contar cuentos.
Podría uno decir que, ciertamente, la capacidad de contar cuentos le ha otorgado un poder enorme a quienes han desarrollado una civilización a costa del sacrificio y el engaño de miríadas de individuos y sociedades. Contando el cuento es que los ansiosos de poder han controlado a los demás, haciéndoles entrar en el ensueño de las grandes trampas.

El arte no estaría exento de culpa en la formulación de los grandes esquemas del engaño.

No hay comentarios: