23/6/09

Estas imágenes y estos desiertos

Estas imágenes y estos desiertos. Un amigo perdiendo una mano de poker. Aunque te entregues al sueño las columnas dóricas seguirán cayendo en ruinas. No hay Atlas que nos resista. Estas imágenes de plomo líquido caen como lágrimas. No es la soledad, es la mala compañía tu angustia. Saber valorar los intermezzos y de vez en cuando un gesto de rabia o de risa. Una piedra en la garganta o una caricia en tu pecho. Y voy contando el número del desespero. O una moneda en caída libre o una hoja estancada en tus venas. Como un insecto devorado. Como una niña que dice adiós en el umbral de un tunel. Así la noche entre estos árboles. Así la noche. No obstante el entusiasmo en la mirada, mi amigo seguirá lejano, mi traje favorito en el ropero, mi naipe y mis canicas bellolindas buscando las manos de un niño ausente. Todo, todo como una historia irreparable. Perseguido el corazón del loco una cruz marcará la frente del desdichado. O si no que lo tiren al río desde el puente más alto. No basta la indiferencia. Se emprenderá de todos modos la partida. Se irá en el bus de las 3. Rumbo incierto. LLegada indefinida. Los asuntos del viaje se planearán de ida. (Pero esa caricia en tu pecho es la única promesa). Así se caiga todo, todo en pedazos, como los gestos de ese loco. Como las lágrimas el plomo de tus ojos. Estos desiertos, cortados en líneas decadentes. El amigo y el péndulo que erigió en su cuello al vaivén de la tarde. La hoja entre la savia y el veneno. Y este suelo en el que caen palabras como frutas podridas.

1 comentario:

Alfie dijo...

Me ha pasado un tren por encima al leer estas lineas. Que manera de sacudir humaninades!!