6/3/15

Trazos del ocio

Nada más tentador para el dibujante compulsivo que los manteles de papel y los crayones que algunos restaurantes ponen para que se entretengan los niños mientras los mayores comen y hablan. Toda conversación tiene sus rayados, trazos del ocio.


(No encuentro en mi vocabulario castellano una palabra que, como "doodle" en inglés, nombre estos dibujos hechos casi sin pensar, mientras se está atento a otra cosa, como una reunión de trabajo a una interminable llamada por teléfono)


Mi afición a los insectos, manifiesta en mi libro Insectarium, encuentra expresión espontánea en el croquis descuidado y rápido, como el vuelo de una mosca o el trote apresurado de una hormiga que perdió el sendero.


A veces los insectos se vuelven puro esquema y más parecen caracolas de un mar de fantasía.



Y otras veces el lápiz se entretiene en lo más complejo y busca el diseño que habita en lo profundo de la meditación.


3 comentarios:

Eliana dijo...

Creo que la palabra española que más se aproxima a "doodle" es garabato en su acepción original (no como "malas palabras"). He oído muchas veces decir "garabateando" cuando quieren decir "doodling"

EliAna dijo...

Doodle es garabato en su acepción original, y garabateando es doodling

Anónimo dijo...

Mi querido amigo Stgo:

Te refieres a lo que comunmente conocemos como “garabato”.

Sí, me gustan mucho aquellos restaurantes en el que los que los manteles de papel de estraza (¡el que normalmente se usa para envolver paquetes de dudosa proveniencia y en gran mayoría de casos, productos con índole sexual!), estimulan la conversación mediante la expresión gráfica producida por la garabatería creada impromptu con crayones.

A veces pienso que el lápiz se comunica directamente con el cerebro y a nosotros como embudos, nos orilla.

El barón