Turner at the National Gallery, London |
Ante tanta obra de arte expuesta en el museo, como ante el menú prodigioso, el ojo del visitante se ofusca y entorpece si no sabe elegir y medirse.
Hasta el más delicado manjar pierde su sabor en la demasía.
Se dejan restorán y museo deleitado y a la vez insatisfecho.
--De lo bueno poco, dice el refrán--comenta alguno de nosotros y llama al mozo para que le sirva otro capucino.
--Lo mismo para mí--le pide Don Baruj al muchacho--y un croissant--demostrando golosamente su propio comentario.
1 comentario:
Mi recordado don Baruj:
¡Qué gusto volver a tenerlo entre nos!
No me sorprende en lo absoluto que el imperio más grande en la faz de la tierra haya sido el Imperio Inglés y por ende, sus galerías e historia justifiquen el croissant adicional para degustar el capuccino,
Cabe mencionar que es irónico que la galería y las maravillas artísticas del Imperio Inglés estén repletas de palabras francesas e italianas.
Santé y buon appetito!
El barón
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