Decálogo
de egoistas, egocéntricos,
ególatras y egópatas,
de fácil cumplimiento (encontrado entre los papeles de alguien
que murió desconocido)
Ámate a ti mismo como a ti mismo y a nadie más
Aunque no tienes nada que envidiarle a nadie, envídiales a todos
el espacio que te quitan con su presencia y cuenta con que tarde o temprano
tendrás el contento de verlos tropezar
No alabes las cualidades de otros sino sólo las tuyas
Si no te ha tocado tu cuota de belleza, afea a los demás; si el
don de la belleza es tuyo, úsalo como lo que es: un arma poderosa
No aplaudas sino sólo donde haya eco
No pierdas nunca la oportuniad de admirarte en los espejos y
aparecer en primer plano en cuanta fotografía sea possible
Habla solamente de ti mismo, aunque sea a solas. Y si hablas de
otros, no digas nada bueno
No escuches lo que los otros dicen si no están hablando bien de
ti
No mates a nadie; bastan las palabras
Sobre el décimo mandamiento no pueden ponerse de acuerdo los
demonios. Están los que insisten en que diga: “No cuentes con nadie pero
asegúrate que todos te vean y sepan de ti”, y los que afirman que sólo debe
decir: “Escribe; pero sobre todo: publica”.
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