--Le oi desir-- escribe un disípulo de don Pío Pí, el gramático-- a una dama mui comedida de simpático aspecto d'abestrús --largo i fino cueyo, narís en punta, enormes ojos a punto de saltársele del rostro-- qe abía desidido abandonar su cuenta de Facebook porqe tanta tremenda informasión le estaba produsiendo un complicado trastorno emosional. Temía sufrir d'un profundo desconsuelo.
--Ya sé-- dijo, criticándose a sí misma-- qe no ago más qe imitar la absurda e irresponsable conducta de l'abestrús qe, con meter la cabesa en l'arena cree liberarse de la trajedia de la realidad. Sierto es q'en su escondrijo sueña estar dixosamente en la Edad de Oro. Pero s'olvida de qe a dejado espuesro a las peores inclemensias de la realidad su vanidosament'emplumado trasero.
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