3/7/20

Don Baruj se impacienta

--¿Para llegar esto he vivido tantos años?--se quejaba el otro día un conocido de don Baruj que, apenas entrado al café, se sentó a su mesa, interrumpiéndole lo que escribía.

--Es la misma queja--le hace notar don Baruj con mal velada impaciencia--que lleva Ud. lagrimeando desde hace más de veinte años.

--¿Pero no cree Ud., don Baruj, que esto de llegar a viejo es terrible?

--Debería Ud. haberse muerto joven--le dice don Baruj entre amoscado y en broma--como los héroes homéricos--y se lleva la taza de té a los labios, tal vez disimulando una sonrisa socarrona, porque ni sorbe de ella ni la devuelve al platillo.

--Como si tuviera uno algo que ver con eso de morirse joven o viejo.

--Eso, claro, si no se tiene el valor y la osadía de adelantarse al designio de los dioses.

El quejoso, por cierto, no se dió por aludido y volvió a su lamento acostumbrado.

 



Don Baruj tomó, impaciente, la pluma que, minutos antes, a la llegada del quejoso, había dejado sobre la libreta abierta en una página a medio llenar de su escritura y procedió a completarla, sordo al parloteo enojoso del impertinente.

1 comentario:

Jessica dijo...

-Como si tuviera uno algo que ver con eso de morirse joven o viejo.

--Eso, claro, si no se tiene el valor y la osadía de adelantarse al designio de los dioses....."Adelantarse al designio de los Dioses" Los Dioses quitan o dan la vida, aunque no nos guste aumentar un nuevo cumpleanos...El valor de la muerte viejo o joven es dejada a el deseo magistral. La vida de la edad avanzada es hecha del valor genial y asi debe valorarse.