
Se
llega a viejo sin otra voluntad que la de asumir a cada instante y plenamente la condición
pasajera y su ansiedad de eternidades.
Persistencia de lo que existe mientras
tanto.
Privilegio
del desengaño es el de quien ha vivido y sobrevive las edades de la ilusión y del afán
para encontrarse de pronto en ese “arrabal de senectud” de que habla el poeta
con evidente lástima y lastimosa imagen.
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Y para terminar de completar, también dijo el poeta:
"Definición plena y acierto exacto."
El barón
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