18/1/16

El saber de las canas

Privilegio de la edad, no creo que envidiable—nos dice Don Baruj--es alcanzar hacia el final de los días personales esa tan alabada sabiduría de las canas, que no es otra cosa que el escepticismo, cuando no el cinismo, al que lleva—dicho en una de tantas rotundas frases hechas--la experiencia de los años: esa suma deslumbrante de momentos de conciencia en que consiste una vida humana.

Se llega a viejo sin otra voluntad que la de asumir a cada instante y plenamente la condición pasajera y su ansiedad de eternidades. 

Persistencia de lo que existe mientras tanto.
            
Privilegio del desengaño es el de quien ha vivido y sobrevive las edades de la ilusión y del afán para encontrarse de pronto en ese “arrabal de senectud” de que habla el poeta con evidente lástima y lastimosa imagen.

            

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y para terminar de completar, también dijo el poeta:

"Definición plena y acierto exacto."

El barón