Y “. . . se
dedicó al cuento de nunca acabar que es escribir”, escribe Elena Poniatowska, sabiendo perfectamente lo que dice.
Recuerda este comentario el libro El cuento de nunca acabar, de Carmen Martín Gaite, otra gran narradora de lo interminable.
Y, claro está, remonta a la figura icónica de la narración: Sherezade, la princesa que en mil y una noches de fantasía verbal se salvó de una suerte indigna.
Recuerda este comentario el libro El cuento de nunca acabar, de Carmen Martín Gaite, otra gran narradora de lo interminable.
Y, claro está, remonta a la figura icónica de la narración: Sherezade, la princesa que en mil y una noches de fantasía verbal se salvó de una suerte indigna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario