Alguna vez pudo creer que tenía sentido el diario ir tirando
y que había un lugar al que llegar y que tal meta justificaba esforzarse cerro arriba,
ya fuera abriéndose camino, ya siguiendo la ruta marcada por el tiempo y los
otros.
Pudo creerlo.
Aunque nunca con la convicción del entusiamado (ni con el entusiasmo
del convencido).
Pudo. Llegó por un momento a creer que caminaba.
Debió ser por un brevísimo momento de ilusión, justo al instante
de abandonarse al sueño.
2 comentarios:
"Oh, sueño, mitad vida, mitad muerte". Neftali Beltrán.
Efectivamente, es frustrante ver aquella piedrota persiguiéndote cuesta abajo tras tanto esfuerzo por intentar colocarla en la cima.
El barón
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