11/6/20

De un diario anónimo* 9: "Desorden del orden"

Esto de ordenar es tarea de Sísifo o ejercicio inútil contra el lento, cotidiano y persistente acumularse de las cosas y el polvo que las va cubriendo. 
Y ordenar el escritorio es competir, a perder, con el olvido.
Esta vez--me digo, como si decírmelo hiciera alguna diferencia--tiraré todo lo superfluo, que es lo mismo que decir que me voy a extraer un par de muelas a tirones o cortarme un dedo o más con el abrecartas toledano. Imaginar que se trata de muelas cariadas, ya inútiles, que más daño hacen que ayudan, y de dedos gangrenados de leproso.

Cortar, cortar por lo sano y desprenderse de todo lo que sobra.

Y casi todo sobra.
Ilusa visión del escritorio casi sin nada. El orden perfecto de lo absolutamente necesario: el silencio y la ausencia de todo lo abandonado.


*Abandonado en una mesa del café hace ya algún tiempo. Hasta ahora nadie lo ha reclamado.


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