--Si yo no fuera yo--me dijo un conocido de siempre el otro día, anota don Baruj en su libreta--otro gallo me cantaría.
--De gallos no sé mucho--le repliqué--. Pero si tú no fueses tú no serías nadie. No existirías. Y yo, por cierto, no tendría que estar oyéndote decir tal barbaridad.
A partir de ese momento hubo que cambiar de tema y habló --cómo no-- de cómo este café ya no es lo que era en nuestros días.
--Es que entonces éramos otros--no pude no decirle.
Y ya no hubo de qué conversar.
Nos concentramos, cada cual en su propio silencio.
1 comentario:
Ese don Baruj y su filosofia, me encanta!
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