10/2/25

Rumores equivocados



---Dicen que era un santo, pero a mí me consta que no lo era.

No dijo más, después de disculparse de haber hablado de más.

Pero el daño estaba hecho. 

Las palabras, aunque parezca que se disuelven en el aire, tienen un poder extraordinario de expandirse en el espacio y perpetuarse, como esporas prontas a reproducirse en cualquier momento en que se den las condiciones ideales para el chisme. 

El verde, vigoroso helecho de intrincada fronda que es la mala palabra dicha como al pasar.

No tardó mucho en confirmarse que el mentado santo era, como lo había dicho quien lo conoció, un bribón y un sinvergüenza. 

Por respeto al acusador no se entró en los detalles de las confirmadas bellaquerías.


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